4.5 en realidad

Objetivamente hablando, la trilogía Mistborn es mejor que el debut de Brandon Sanderson, sin embargo, Elantris me gustó más, pude identificarme mucho más con estos personajes que con cualquiera de Mistborn.

Una frase que se me quedó grabada fue una que dijo Hrathen, un personaje que detestaba en un inicio pero al final me terminó agradando.

“Sigo creyendo en las enseñanzas de Dereth. Mi conflicto es con el Wyrn, no con Dios.”

Esa frase en específico me pegó bastante, ya que he tenido muchísimo conflicto con las actitudes de la Iglesia en sí, y las cosas que hacen otras personas en nombre de su fé, pero no con mi Dios.

Hablando de la historia en sí, Elantris es un libro autoconclusivo de más de 700 páginas donde seguimos a 3 personajes principales: Sarene, princesa de Teon prometida a Raoden, príncipe heredero de Arelon y Hrathen, un gyorn (sacerdote) que ha caído en la rutina de la religiosidad y duda de su propia fé, sin embargo, debe evangelizar a todo un país en tres meses.

Una mañana, Raoden despierta con la shaod, una condición que lo convierte en elantrino, los elantrinos, antes poco menores que dioses, seres luminosos, ahora eran seres con piel negra, arrugada y sin un pelo en el cuerpo. Pocos días después, Sarene, la prometida de Raoden, llega a Arelon días antes para poder conocer más a su prometido, sin embargo, se encuentra con la noticia de que ha muerto.
Hrathen, por otro lado, es enviado a Arelon con la misión de evangelizar al pueblo en 3 meses, de lo contrario, el Wyrn invadirá el reino y matarán a todos.

Me gusta mucho la trama política, mágica y religiosa que se va desenvolviendo a lo largo de la historia, y si bien el inicio es muy pesado y cuesta un poco aclimatarse a la historia (motivo por el que le bajé media estrella), una vez que te sumerges en la historia, ya no hay vuelta atrás.

También me encantó mucho el romance entre Sarene y Raoden, amé como Sarene tuvo emociones tan fuertes hacia cada personalidad distinta de Raoden, y cómo Raoden desde el inicio estuvo fascinado por la personalidad de Sarene. Sus interacciones se me hacían tiernas e inocentes, como las de un primer amor descubierto en la infancia o adolescencia.

Algo que amé también, fue la personalidad de Sarene y cómo, a diferencia de otros personajes con el síndrome de "no soy como las otras chicas", Sarene a pesar de ser "distinta" a las mujeres a su alrededor, buscaba ser aceptada entre estas mujeres, y las amaba, se preocupaba genuinamente por ellas y no trataba de ser mejor o superior a ellas.

Y Raoden, a pesar de ser optimista no es de esas personas con positividad tóxica, busca una solución para todo y confía en que las cosas pueden mejorar, pero también es realista y lógico, su preocupación por su pueblo y por Elantris fue algo que amé de él, es un líder por excelencia.

Otro personaje al que le tengo mucho cariño es Ashe, el seon de Sarene, una bolita mágica de luz con inteligencia propia que tiene un gran afecto por la princesa y siempre se preocupa por su bienestar.

No puedo esperar a los siguientes libros de Elantris, que si bien no tendrán a los mismos personajes (me imagino), desearía que tuviera a Galladon, ya que me causa curiosidad cómo este personaje termina en la serie de El Archivo de las Tormentas y si en las próximas entregas habrá pistas de cómo Sanderson va a unir al Cosmere.

Mis frases favoritas:
• “—No tendría que haberte traído aquí —murmuró Galladon—. Ahora no me libraré nunca de ti.”
• “Una vez serví a tu padre, a pesar de lo que pensaba de él. Ahora serviré a su hijo por lo que pienso de él. ¿Aceptarás mi lealtad?”
• “—Tú me amas, padre… Ningún padre quiere admitir que su hija no es atractiva. La verdad del asunto es que ningún hombre quiere a una esposa inteligente.”
• “La verdad no podrá ser derrotada nunca, Sarene. Aunque la gente la olvide temporalmente.”
• “—¿Hay alguien a quien no puedas manipular, mi señora?
—A mi padre. Ya sabes que me vence tres de cada cinco veces.
—Él dice lo mismo de ti, mi señora —aclaró Ashe.”
• “—Podemos ser fuertes ante los reyes y los sacerdotes, mi señora, pero vivir es tener preocupaciones e inseguridades. Si te las guardas te destruirán, seguro, te harán una persona tan encallecida que las emociones no echarán raíces en tu corazón.”
• “—No estamos muertos, Galladon, y no estamos condenados. Estamos sin terminar.”
• “¿Por qué, en nombre del bendito Domi —se preguntaba—, se siente todo el mundo en este país tan amenazado por una mujer segura de sí misma?”