Esta trilogía siempre logra fascinarme más cada vez que la releo.

En este libro logramos conocer mucho mejor a los personajes, logramos comprender la causa del comportamiento horrible de Will y conocemos un lado no muy común de Jem, además de que se aclaran un poco las cosas entre Henry y Charlotte.

Como es un libro de Cassandra Clare, también hay mucho drama y sufrimiento, pero también mejora mucho más que el libro anterior, Ángel Mecánico.

En esta continuación de la historia, Tessa se ha ido acercando mucho más a Jem y hay nuevos criados en el Instituto, Cyril —hermano del difunto Thomas— y Bridget, quienes reemplazan a Thomas y Agatha respectivamente. También, los hermanos Lightwood, Gideon y Gabriel, empiezan a entrenar a Tessa y Sophie.

A su vez, todos los cazadores de sombras del Instituto ponen más empeño en encontrar a Mortmain, y las cosas se van desarrollando de tal forma que vamos descubriendo que Mortmain está mucho más involucrado con los nefilim de lo que se creía, parece que su ambición de destruir a los nefilim es algo más personal.

A su vez, Tessa se encuentra dividida entre Will y Jem, desea odiar a Will con todo su corazón pero no puede, y al mismo tiempo, su afecto por Jem no hace más que crecer.

¿Tessa logrará escoger? ¿Qué peligros le aguardan en el Instituto? ¿Acaso habrá traidores más cerca de lo que jamás imaginó?